¿Qué será de ti Rolando?
¿Estarás en una mañana, empapado de alba?
¿Remontarás luciérnagas mientras
los poetas quiebran sus versos?
O te vienes a Nueva York 11[1]
esa de Teillier
y su árbol de la sangre
esa de Mardoqueo
en su locomotora de Araucanía?
esa, de Ferrero y su gato amarillo
y ahí, apegados a la barra
navegantes a medio día sueñan?
Verdad que vienes a hermanarte
buscando sus pasos
cuando nadie pernocta?
Háblame de ti Rolando
dame tu palabra
Háblame de las cosas ciertas
cuéntame del hechizo
(la verdad es que los versos
sangraron aquella tarde
que como Marilyn extendiste tu mano
hasta el teléfono
La única diferencia es que tú
pudiste hablar
aunque nadie te escuchara)
Vamos Rolando levántate
Cuéntame “hombre cotidiano” [2]
de tu vaso
de las colinas y el suburbio desgarrado
de cómo te inclinas sobre las hojas
Cántame tu “corazón de escarcha”, [3] hermano
Vamos Rolando dobla tu rodilla
trae el viento
echa a andar tu armadura
surge como un silbido
sacude tus párpados
Ríe conmigo mientras arreglas tus cabellos
Toma la forma y dame el agua
y comienza a contarme
lo que no pude conocer de tus versos
y charlemos, de aquellos
que sacabas, humildemente
de tus bolsillos
¡Hombre! ¡Pequeño Gran Hombre!
¡Qué grandes versos alojabas a tu pecho!
¿Aquí?..., todo está igual como siempre Rolando
En el “Refugio” [4] la llama no se extingue
aunque no es lo mismo; la botella
tiene
otro sabor.
***
ODA A FEDERICO GARCIA LORCA
Te has levantado, hermano
“como el viento que nunca duerme”, dices
porque te persigue el amor
y el sol te gira con tus camaradas
como al viejo Whitman
Más allá de Granada, la resistencia
de tu pecho, hace una cita con el hombre
Nadie anduvo, como tú los caminos
chapoteando las estrellas
Acostumbrado a los olivos y a las flautas
entras en las casas en el resplandor de los pinos
¿Quién te enseñó a ser la fortaleza
de la metralla?
¿A defender la trinchera del moribundo?
Ya es hora que pase por tu frente
la canción no inventada, más allá de la palabra
Yo te saludo, como suelen hacerlo los discípulos
Por ti, el “Rey de Harlem” vuela lejos de Nueva York
Por ti, los gitanos van desnudos y gastados
asomándose a los puertos
bebiéndose todas las baladas
más allá de la lengua
que comienza en tu boca
Por ti, mi corazón corre
a encontrar los barcos desatados.
***